versión impresa exterior e interior

¿Y eso con qué se come?

En 2008 existía la C.E.S. (Coordinadora de Estudiantes Secundarios) En 2008 un conflicto con el Gobierno de la Ciudad por el recorte de las becas estudiantiles provocó una masiva lucha que terminó con un triunfo de los estudiantes. En 2008, esos Centros de Estudiantes que triunfaron no estaban nucleados en la C.E.S. (que en realidad no era tan coordinadora, ni tan estudiantil, y terminó siendo bastante secundaria).

¿Cómo vencieron entonces los estudiantes, que tomaron más de 20 colegios juntos, realizaron marchas de más de 2000 personas y le torcieron el brazo a la Gestión más derechista de los últimos tiempos? Vencieron porque su coordinación, que era la coordinación de los colegios movilizados, estaba legitimada por los estudiantes en sus colegios. De esa lucha, surgió la C.U.E.S., (Coordinadora Unificada de Estudiantes Secundarios) reemplazando a la C.E.S. El objetivo era reproducir el funcionamiento de las reuniones de Centros de Estudiantes durante el conflicto por las becas, donde los representantes de los colegios se reunían poniendo en común las propuestas de cada asamblea, y donde lo que valía era la palabra de cientos de estudiantes en sus aulas. La representatividad era un punto central para la fundación del a C.U.E.S.: evitar que alguien hable por uno si uno no lo eligió. Esa es era la batalla…

La C.U.E.S. hoy:

Humildes reflexiones

Para empezar, desde Mano Negra queremos polemizar con la idea de que la Coordinadora se debe construir. Nada más alejado de la realidad: lo que se construye son los Centros de Estudiantes. No existe ni existirá nunca un movimiento real sin que existan Centros de Estudiantes organizados, participativos y democráticos. La C.U.E.S. tiene como función reflejar esa construcción. La legitimidad de una medida de lucha, la transparencia en su confección y la pertinencia de su aplicación no son meras formalidades como nos quieren hacer creer algunos “luchadores profesionales”, sino que realmente son claves que se ven reflejadas en la relación de fuerzas que se da en un conflicto. Para decirlo en otras palabras: si no hay una real participación de los estudiantes, todo lo que se haga es efímero.

A partir de esto, discutimos el concepto de “dirección” en el movimiento secundario. Creemos que hay que ser conscientes de que el movimiento estudiantil se construye, no se dirige. Porque dirigir implica, en primer término, que existe un dirigido. Y de nuevo, no es un problema de ética, sino de que ese “movimiento dirigido” no existe, no es más que una construcción verbal. Y además aquel que se siente dirigente, comúnmente olvida sentirse parte. Construir significa escuchar, trabajar día a día, encontrar problemáticas y solucionarlas. El movimiento cuando surge se da sus propios dirigentes, sus propios representantes. La tarea de las corrientes políticas que intervenimos, partidarias o independientes, es lograr generar y respetar una estructura que pueda reflejar lo que el movimiento cree.

Por eso nos parece urgente realizar un Congreso de la Coordinadora, donde se le de forma a un estatuto en debate entre los estudiantes, un estatuto que pueda servir de estructura para el funcionamiento de la C.U.E.S. Nosotros pensamos que la principal propuesta debe ser retomar la idea de que los representantes (elegidos en cada colegio por todos sus compañeros) son los que pueden discutir las medidas de la Coordinadora, evitando el intento de apropiación del espacio por parte de grupos que no han sido elegidos por nadie.

Y propuestas

Desde Mano Negra nos negamos, y enérgicamente, a la maldita costumbre de pensar que mientras más consignas se voten en un curso más avanzado está el movimiento estudiantil. Nada más alejado de la realidad: cada paso del movimiento real vale más que una docena de programas (y esa frase no es nuestra). Nos parece que el verdadero avance que pueden hacer los estudiantes es conseguir sus reclamos. Las victorias son las que permiten que el movimiento estudiantil acumule poder, no las derrotas heroicas o las denuncias altisonantes.

Por eso mismo repudiamos la actitud de agrupaciones que en nombre de un programa divino hacen votar planes imaginarios para conseguir ninguna reivindicación. Nos parece una irresponsabilidad no tener una perspectiva, no brindar (¡ni buscar!) información verídica sobre lo que pasa con nuestra educación. Más aún cuando el conflicto actual es claro: las obras en los colegios públicos no están avanzando porque este año, y con la complicidad del kirchnerismo en la Legislatura, la Gestión PRO decidió recortar a la mitad la partida destinada a infraestructura en el presupuesto anual. Es decir: no solo han pasado 3 años sin usar el presupuesto, sino que ahora directamente lo quitan. El reclamo está a pedir de boca: los estudiantes nos tenemos que movilizar para que la Legislatura reintegre este presupuesto y el Ministerio de Educación termine las obras que se empezaron (o comience las que se prometieron).

Por sobre todas las cosas, estamos convencidos de que podemos ganar esta lucha. De que podemos conseguir el presupuesto necesario y presionar para que estas obras se terminen. Estamos convencidos de que luchamos para vencer, y de que si nos organizamos tenemos el futuro en nuestras manos.